Por lo que el éxito hoy en día en el mercado, como lo sugiere Tom Peters en Liberation Management, está en proporción directa con tres variables:
- El conocimiento que pueda aplicar una organización
- Con la rapidez con la cual pueda aplicar ese conocimiento y
- Con la rapidez con la que acumule conocimiento.
La actitud de los empresarios frente al cambio organizacional
De acuerdo con la investigación realizada por Ken Blanchard, y que presenta en su libro “Misión Posible” como punto de partida para plantear su modelo de construcción del futuro empresarial, la respuesta que los empresarios le han dado al fenómeno de la globalización de los mercados los ha dividido en tres grandes grupos.
1.- El primer grupo piensa que no es necesario cambiar. Están convencidos de que lo que los llevó a ocupar el lugar donde se encuentran será suficiente para llevarlos al futuro y no es necesario realizar el cambio organizacional.
2.- El segundo grupo no se queda con la fórmula del éxito pasado y piensa que es necesario mejorar continuamente la estructura que tienen. Tratan de fortalecer sus operaciones actuales para mantener la lealtad de sus clientes y mercados
3.- El tercer grupo mira el futuro y piensa que es necesario crear un nuevo escenario competitivo. Ellos creen que, aunque mejoren todo lo que ya existe, no será suficiente para sobrevivir a un “cambio radical” en los mercados, en las necesidades y deseos de los clientes y en los acelerados cambios tecnológicos. Este grupo trata de imaginar cómo serán los clientes del mañana y cuáles será sus necesidades, porque están seguros de que serán diferentes.
Como el primer grupo desaparecerá muy pronto, la pregunta es ¿Cuál de los otros dos enfoques es el correcto? La respuesta es “ninguno” y “ambos”, lo cual quiere decir que ambos enfoques son correctos, pero ninguno es suficiente, ni efectivo, sin la interacción con el otro. Ambos enfoques deben activarse para que la organización pueda mantenerse y crecer en un mercado globalizado, ferozmente competido, cambiante e incierto, en donde solo se puede mantener y crecer la organización que comience a “construir el futuro, mejorando el presente”.
Si una empresa o institución no se mueve rápidamente para satisfacer las necesidades actuales de sus clientes, perderá participación de mercado y credibilidad de sus usuarios frente a sus competidores. Pero, al mismo tiempo, si sólo se queda con sus logros presentes, sin imaginar, visualizar y planear hacia donde se va a dirigir en el futuro, muy pronto va terminar como el primer grupo. La realidad es que debe tener un equilibrio entre la continuidad mejorada y la innovación radical.