Gerente que no da seguimiento, causa muchos problemas
Dar seguimiento adecuado, deja ver a los demás que tú respetas su tiempo, recursos y la relación que tienen contigo. Tanto en el ambiente laboral como personal.
Hay muchas cosas que los emprendedores (al igual que los ejecutivos de empresa) necesitan para ser exitosos: una buena idea de negocio, dinero o inversores, un plan de marketing sólido, un equipo inteligente que te ayude a arrancar, capacidad para formar, dirigir y retener equipos de trabajo funcionales, etc. Existe un rasgo, sin embargo, que es poco frecuente y que es indispensable: la seguridad en sí mismo.
Se requiere de una persona determinada y con coraje para lanzar un nuevo producto o servicio al mercado, especialmente si se trata de algo que nadie jamás ha visto. Una persona necesita ser audaz y tener agallas para liderar un equipo de ventas, comunicar una visión y crecer una empresa.
Aunque nadie es inmune a los episodios de inseguridad, los emprendedores que quieren alcanzar el éxito deben tener seguridad en lo que son y hacen, así como ser capaces de imprimir el mismo espíritu en las personas que le ayudarán a lograrlo.
1. Conócete a ti mismo. Los líderes emprendedores generalmente quieren hacer todo ellos mismos. Pero a menos de que tengas súper poderes, eso no es posible. Además debes aceptar que no eres experto en todo y que necesitarás ayuda para arrancar tu startup y para desarrollarlo con éxito.
Evalúate a ti mismo. Descubre para qué eres bueno y para qué no. Ten confianza sobre las habilidades que posees y enfócate en ellas. Contrata personas que se encarguen del resto.
2. Establece expectativas racionales. Una vez que te enfocas en las cosas para las que eres bueno, también entiende lo que es humanamente posible de alcanzar. No necesitas ser siempre 100 por ciento perfecto. Incluso una estrella de rock está destinada a fracasar si establece metas irracionales. Puedes fijar tu propia vara de éxito midiéndola frente a lo que esperas de tus colegas. Pídele a tu mentor que te diga qué espera de ti. Después ten la confianza de que lo podrás conseguir.
3. Deshazte de la negatividad. La negatividad y la confianza no van de la mano. Una persona no puede ser verdaderamente segura de sí misma si se enfoca en sentimientos de duda o ansiedad. Si te sientes negativo acerca de algo, entonces pon a prueba la suposición. Por ejemplo, digamos que crees que eres pésimo haciendo presentaciones.
Pregúntate: ¿por qué pienso así? ¿Qué evidencia existe que soporte esa creencia? Si el sentimiento tiene cierta validez, piensa qué puedes hacer para resolver el problema y tener mayor confianza
4. Vístete para el éxito. Vestirte bien puede mejorar la forma en que los demás te perciben y también la forma en la que tú te ves. El atuendo apropiado depende de varios factores, incluyendo la industria a la que perteneces, pero generalmente debes vestirte de una manera que sugiera que estás preparado y que tienes el control.
5. Actúa sin dudarlo. Verte bien es sólo la mitad de la batalla. Un líder emprendedor exitoso también quiere actuar con confianza. Alguien que es visiblemente seguro de sí mismo no duda entre la decisión de actuar y la acción. Si te sientes inseguro acerca de un tema, pregúntate qué te está deteniendo. La respuesta puede ayudarte a superar la falta de confianza.
6. Prepárate. Para actuar sin dudas, necesitas estar preparado. Puede sonar obvio, pero nunca vayas a una reunión sin haber hecho la tarea. Lo mismo sucede en cualquier parte del negocio. Actuar con base en conocimiento tangible es mucho mejor que simplemente hacerlo a la ligera. La preparación ayuda a borrar la duda y te hace ver bien.
7. No dejes que un exceso de confianza entorpezca tu éxito. Después de iniciar una empresa que alcanza un éxito rápido, los emprendedores a veces dejan que se les suban los humos. El exceso de confianza no sólo puede quitar motivación a los demás, sino que también puede cegarte de los cambios que necesita tu empresa.
Ser seguro de ti mismo no significa que pienses que no puedes hacer nada mal. Cuando los mercados se transforman, no siempre puedes seguir el curso y conservar el éxito. Un emprendedor confiado sabrá cuándo hacer cambios que modelen su empresa para el éxito. Y sabe dejarse ayudar, cuando es necesario, por profesionales externos a su empresa.
Jack Welch y Steve Jobs son dos casos que claramente ejemplificaron exitosamente un estilo exigente (y muy exitoso) de liderazgo. Welch tomaba frecuentemente decisiones impopulares y aseguraba que el líder no existe para hacer feliz a la gente sino para lograr resultados. Jobs fue caracterizado por muchos como un dictador implacable, perfeccionista y narcisista intolerante que creó una cultura corporativa despiadada. Sin embargo, pocos pueden argumentar que el éxito global de Apple no es atribuible a su liderazgo.
Ser un líder fuerte significa tomar decisiones difíciles, confrontar la adversidad, exigir desempeños sobresalientes y ser una fuerza competitiva en el mercado en que se desarrolle la organización. Los grandes líderes sacrifican el sentirse queridos para poder focalizarse en lograr las metas establecidas. La dureza en el liderazgo es aún más importante, cuando los retos son muy grandes y el riesgo de no lograrlos tienen gran impacto.
Los líderes que requieren ser aceptados y que tratan igual a todos cumplan o no cumplan con su responsabilidad y desempeño esperado en el equipo, están destinados a la mediocridad. Los que toman decisiones aun cuando disgusten a sus equipos, erradican conflictos interpersonales tomando decisiones sobre quién trabaja con quién y por qué, se ganarán el respeto, indispensable para lograr superar las metas.
Cada profesor, coach o jefe, que alguna vez respetamos, fueron exigentes y esperaban de nosotros, lo mejor. Seguro, eso fue lo que les entregamos finalmente.
Dar seguimiento adecuado, deja ver a los demás que tú respetas su tiempo, recursos y la relación que tienen contigo. Tanto en el ambiente laboral como personal.
Si quieres ser un empresario exitoso necesitas en primer lugar dejar de auto-sabotearte y romper con este mecanismo de tu mente que nada más está obstruyendo tu camino al éxito en tu vida y en la empresa.